Gestión estratégica de costos en contextos de inflación
Con sus costos operativos en aumento, las compañías se ven obligadas a ajustar sus precios de venta para no perder rentabilidad. Sin embargo, realizar aumentos de forma generalizada es una política poco efectiva y potencialmente generadora del efecto contrario al buscado: pérdida de la rentabilidad.
En ese contexto, la gestión estratégica de costos y administración de rentabilidad adquieren su mayor relevancia. Conocer los costos exactos de los productos y clientes permite la adopción de estrategias selectivas para no perder rentabilidad.
Inflación y precios estándar
Los elevados índices inflacionarios registrados actualmente alrededor del mundo son, principalmente, producto de las disrupciones causadas por el Covid-19 desde inicios de 2020.
Los confinamientos han producido importantes cambios en los hábitos de vida y consumo de las personas, al tiempo que las cadenas de suministro se han visto interrumpidas. Ello ha generado importantes desajustes entre oferta y demanda que presionan sobre la estabilidad de precios.
Este es un problema para toda compañía, pero especialmente para empresas productoras que a veces no cuentan con los sistemas e información necesarios para realizar una gestión estratégica de sus costos.
Estas compañías, en su gran mayoría, utilizan costos estándar que son establecidos de forma anual y generan serias distorsiones en los costos reales. Adicionalmente, no cuentan con información de costos desagregada por producto ni cliente. Ello les impide conocer cómo los cambios en los costos de los recursos afectan la rentabilidad individual de cada producto o cliente y los administradores se ven obligados a realizar aumentos generalizados de sus precios de venta sin bases fácticas para sustentarlos.